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El Misterio de los Milagros y los Angeles

Se dice que en esta vida hay muchos misterios, y que el misterio de los milagros es uno de los más interesantes, y se puede dividir desde milagros bíblicos o religiosos hasta milagros históricos. Como en los casos de los Ángeles o vírgenes, sus controversiales apariciones y los supuestos o reales milagros ocurridos. Pero, antes de proseguir quiero definir brevemente el concepto, generalmente aceptado, de lo que es un milagro.

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Un milagro es un hecho que reta a las leyes naturales conocidas y se le considera que provienen de seres superiores o fuerzas invisibles que están aquí en la tierra junto a nosotros.

Normalmente las personas religiosas, sobretodo los cristianos, lo tratan de explicar sobre la base de su Fe ciega de lo que se lee en la Biblia. Por tanto, muchos fieles toman como verdad real algunas historias o promesas divinas relatadas en la Biblia. Incluso en el caso de los católicos, ellos creen en la adoración de las vírgenes o santos. Personajes, por cierto, que tienen una vasta historia en apariciones y milagros realizados, a diversas personas, a lo largo de la historia.

Pero, ¿ Son realidades todos esos milagros o historias?. Entonces nos podemos hacer las siguientes preguntas:

1- ¿Esos milagros provienen de un Dios bueno o del demonio que quiere confundir a la gente?
2- ¿El Diablo hace milagros para atemorizar o ilusionar a las personas para que sigan una fe ciega en una creencia que le conviene?
3- ¿Son esas vírgenes o santos el Diablo disfrazado?
4- ¿Y si los milagros provienen de Dios como podemos estar seguros si existen muchas iglesias cristianas que se contradicen entre sí?
5- ¿No creen que hay muchas personas con alteraciones mentales que se dejan llevar por su mente y contagian a la gente normal?
6- ¿Quiénes son realmente los Ángeles o vírgenes, y cualquier mortal bueno puede llegar a serlo?

Como ven hay varias preguntas por responder o demostrarlas debidamente. Pero sigamos indagando un poco más.

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De acuerdo a la Biblia los ángeles son seres celestiales que tienen diversas jerarquías y misiones. Así podemos recordar el encuentro de la virgen María con el arcángel Gabriel, quien le anunció la concepción y nacimiento de Jesús.

En el concepto cristiano los Ángeles son seres espirituales incorpóreos creados por Dios en su entorno para que le sirvieran de mensajeros con los humanos.

De las diversas versiones de los testigos de dichas “apariciones divinas” podemos deducir que los Ángeles se presentan en sueños, visiones espectrales en algún lugar solitario, en retratos de algún familiar o conocido, generalmente fallecido, en forma de animales, como seres luminosos volando o de una simple apariencia humana.

500 años después de la muerte de Jesús, un tal Dionisio Areopagita realizó una clasificación de los Ángeles en función de su cercanía a Dios.

Los más próximos, según Areopagita, son los querubines y los serafines. Ellos son de pura luz que puede condensarse en materia.

En el Génesis de la Biblia, los querubines aparecen citados como los guardianes del paraíso. En el Libro de Ezequiel (10:14) podemos leer lo siguiente:
“Y cada uno tenía cuatro caras. La primera era rostro de querubín; la segunda, de hombre; la tercera, cara de león; la cuarta, cara de águila.”

Asimismo mas abajo en el versículo 21 del mismo capitulo 10 de Ezequiel leemos:
“Cada uno tenía cuatro caras y cada uno cuatro alas, y figuras de manos de hombre debajo de sus alas.”

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El profeta Isaías del antiguo testamento, en la Biblia, capitulo 6 y versiculo2 (6:2) leemos:
“Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.”

Y así podemos seguir escudriñando la Biblia en estos temas y encontraremos más información como en el Nuevo Testamento donde se describen Ángeles más sencillos en túnicas blancas como Miguel, Gabriel y Rafael, los tres arcángeles.
Así Isabel, la madre de Juan Bautista, supo por uno de los arcángeles que concebiría un niño y de cómo debía llamarlo.

Asimismo encontramos, según la Biblia, que más debajo de los arcángeles están los Ángeles corrientes, los que están más cerca de las personas y entre los cuales se incluyen a los Ángeles de la guarda, quienes están en la parte más baja de la jerarquía de los Ángeles. Pero, los Ángeles de la guarda son los más queridos por muchos creyentes, pues piensan que ellos los protegen, sobretodo durante la infancia.

También en el nuevo testamento leemos que a José se le apareció un ángel mientras dormía y le ordeno que huyera a Egipto con su mujer e hijo; pues el rey Herodes había ordenado buscar al bebe Jesús y matarlo.

De los tres arcángeles, Miguel parece ser el más poderoso. En el libro de Daniel (antiguo testamento) se afirma que Miguel descenderá a la tierra cuando la destrucción sea inminente. Muchas personas creen que eso ocurrirá este siglo.

Gabriel es el mensajero entre los arcángeles. Fue quien habló con Maria, la madre de Jesús. Aunque también se le reconoce como combatiente. Pero, sobretodo es temido porque su misión consiste en ejecutar los castigos de Dios con gran dureza sobre los hombres indignos.

Rafael es el más tranquilo de los tres arcángeles. Su nombre significa en hebreo: “Salvación de Dios” y suelen representarlo como alguien de carácter apacible y bondadoso. Algunos cristianos creen que Rafael se encuentra caminando en nuestro mundo en sandalias y pregona la palabra de Dios.

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El ampliamente conocido en USA, Predicador cristiano Baptista, Billy Graham en su libro “Angeles: Agentes secretos de Dios” (1970) cuenta que un médico de Filadelfia fue despertado una noche por una niña, quien le rogó que fuera con ella porque su madre se encontraba muy enferma. Cuando el médico llegó a la casa de la niña, vió que la madre tenía pulmonía y se hallaba a punto de morir.

El médico llamó de inmediato a una ambulancia y felicitó a la enferma por tener una hija tan valiente. La mujer miró sorprendida al médico y le dijo: “Mi hija hace un m es que ha muerto”

Luego, la madre y el médico encontraron en el armario la ropa que llevaba la niña durante su visita nocturna. Las prendas de la niña todavía estaban calientes.

De acuerdo a nuestra ciencia actual no se ha podido demostrar la existencia de los Ángeles o muchos de los actos sobrenaturales o milagros supuestamente ocurridos.

Así tenemos que algunos psicólogos sostienen que en nuestro subconsciente tenemos las imágenes de Ángeles y demonios, hadas y extraterrestres; y cuando vemos o sentimos “algo sobrenatural”, para explicarlo solemos recurrir a las imágenes arriba mencionadas.

Finalmente, en mi opinión personal, Yo si creo en la existencia de los Ángeles y en algunos “hechos sobrenaturales o milagros”; pero no en la forma rígida o exagerada que le dan los cristianos. Mas bien creo que son seres extraterrestres, de una evolución y composición diferente a la nuestra, que no siguen nuestras “leyes naturales”, con las cuales vivimos. Por tanto mi idea de ellos más se relaciona con la imagen del cosmos actual, que cada vez más estamos descubriendo algo infinito para nosotros, lo cual, para esos otros seres del espacio, son nada mas que estar dando vueltas en un grano de arena en nuestro planeta Tierra.

Hasta siempre.
CARLOS Tigre sin Tiempo.

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Lluvia de animales

La aparente lluvia de ranas, peces y diversos animales se ha observado desde la antigüedad, lo que ha dado pie a todo tipo de relatos y explicaciones

La caída del cielo de animales, frecuentemente ranas y peces, se ha producido en diversos lugares del planeta a lo largo de la historia, lo que ha originado toda clase de leyendas y especulaciones. En la actualidad, los científicos apuntan a causas meteorológicas y físicas para explicar un fenómeno sorprendente aunque no tan inusual.

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Los vecinos de la localidad alicantina de El Rebolledo recordarán el jueves 25 mayo de 2007 durante mucho tiempo. Tras soportar unos fuertes aguaceros, nadie esperaba como punto final una «lluvia» de cientos de pequeños batracios, que mostraron al resto del país.

En este sentido, las lluvias de sapos, ranas, peces, pájaros, y otra clase de animales han sido protagonistas desde la antigüedad de numerosos relatos, crónicas o leyendas por todo el planeta. Por ejemplo, la Biblia describe una intensa lluvia de ranas como parte de las diez plagas que asolaron Egipto.

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En épocas más recientes, los periódicos han recogido los testimonios de personas en países y fechas muy diversas que apuntaban al mismo suceso. De esta manera, se habla de lluvia de ratones en la ciudad noruega de Bergen en 1578; de sapos en la aldea inglesa de Ancle; de peces en Singapur en 1861; de serpientes en Memphis (Estados Unidos) en 1877; en España también se describe una lluvia de codornices sobre Valencia en 1880; de cangrejos en Nueva Gales del Sur (Australia) en 1978; etc.

Las ranas y los peces suelen ser los animales más comunes en estas peculiares precipitaciones, que pueden o no ir acompañadas de lluvia común. En algunas ocasiones, los animales pueden incluso sobrevivir al golpe, aunque en otras el fenómeno es tan violento que acaban destrozados. Por otra parte, se han relatado también casos de animales que caían totalmente helados o atrapados en trozos de hielo. Asimismo, los expertos recuerdan que se trata de un fenómeno más habitual de lo que parece.

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Explicación del fenómeno
La lluvia de animales ha motivado todo tipo de explicaciones insólitas hasta la llegada de los estudios científicos. Por ejemplo, la creencia de que los animales nacían en los cielos llegó de diversas maneras hasta el siglo XIX. Uno de los primeros en tratar de buscar una explicación científica al fenómeno fue el matemático y físico francés André-Marie Ampère, que señaló como responsable a los vientos de gran intensidad.

En la actualidad, los investigadores apuntan a las trombas marinas como principales causantes de las lluvias de animales. Los vientos producidos por estos fenómenos tienen la suficiente energía como para succionar y trasladar todo tipo de objetos y animales, dejándolos caer de manera concentrada sobre un lugar concreto.

Los últimos fenómenos registrados en España apuntan a la formación de grandes «sistemas convectivos de mesoscala», originados por situaciones atmosféricas de gran inestabilidad, como causantes de estas lluvias de animales

No obstante, la distinta naturaleza de estos fenómenos conlleva más de un posible causante atmosférico. De forma similar, los tornados también son capaces de provocar este tipo de consecuencias. Además, las trombas recogen fauna diversa y acuática que puede provenir del mar, lagos, pantanos e incluso ríos, pero no sirven para explicar cuando se trata de otro tipo de animales o si se trata de una única especie, como ocurre por ejemplo en el pueblo hondureño de Yoro, cuyos habitantes afirman presenciar todos los años entre junio y julio espectaculares lluvias de peces.

En este último caso, los científicos explican que los peces que «llueven» allí, una variedad de sardina de esta región, aprovechan para desplazarse a contracorriente del río Aguán los cambios de presión de las tormentas producidas por un tipo de nube, denominada «cumulonimbus mammatus», además de la gran cantidad de agua de los chubascos, de manera que consiguen saltar a tierra.

Los últimos fenómenos registrados en España apuntan a la formación de grandes «sistemas convectivos de mesoscala», según explica Jorge Olcina, climatólogo de la Universidad de Alicante, originados por situaciones atmosféricas de gran inestabilidad, como causantes de estas lluvias de animales.

La corriente de vientos que desde la superficie -marina o terrestre- ayuda a formar estas enormes nubes arrastrarían a los animales hacia arriba. Y una vez dentro de la nube, las corrientes de viento internas, que llegan a alcanzar 250 km/h., mantendrían en el aire estos cuerpos hasta el desarrollo de las precipitaciones, que los depositarían finalmente en el suelo.

EXTRATERRESTRES, NOVELAS Y PELÍCULAS
Los estudios científicos no han podido explicar todavía ciertos casos de estos fenómenos naturales, lo que ha permitido a los amantes de lo paranormal seguir lanzando todo tipo de conjeturas. En este sentido, no falta quien considera a los extraterrestres como responsables de los mismos. Por otra parte, la acción de fuerzas y energías misteriosas es también otra de las causas esotéricas preferidas. Su defensor más emblemático, el periodista estadounidense Charles H. Fort, dedicó gran parte de su trabajo a recoger datos sobre estas lluvias de animales.

Por otra parte, la literatura, y más modernamente el cine, han introducido también este tema en algunos trabajos. Por ejemplo, Alejandro Dumas incluye en su obra «El capitán Pánfilo» una lluvia de sapos, mientras que la escritora francesa Colette describe en su libro «Sido» una lluvia de ranas.

En el apartado cinematográfico, la película Magnolia, del director estadounidense Paul Thomas Anderson, tiene diversas secuencias en las que aparecen ciertos casos relatados por Fort. Asimismo, el francés Luc Besson introduce en su opera prima «Le Dernier Combat» una lluvia de peces.

*Textos de Alex Fernández Muerza |

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En esta oportunidad la fiesta de cumpleaños del niño (abajo), cuando lo fotografiaron, salió un fantasma al lado de él…

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En la segunda foto vemos que tras la última hilera de hombres retratados, en el grupo apareció una cara que fue de inmediato identificada como la del aviador. Pocos días antes había hallado la muerte al pasar bajo la hélice en marcha de un avión.

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El Fantasma en la iglesia se le aprecia en el balcon, según indica la flecha abajo…

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La ultima foto es original de Indonesia y fue tomada hace unos meses por un reportero que estaba documentando los disturbios contra el gobierno ocurridos en 1993. La foto fue tomada en uno de los edificios donde se había efectuado una matanza, el fotógrafo sólo disparó el flash a la estancia para documentar el lugar de los hechos, al revelar esto fue lo que apareció. Este suceso ha dado la vuelta al mundo aunque han querido probar la falsedad de esta fotografía aún no han logrado determinar lo que ocasionó esta defractación de la luz. Se recomienda no observarla durante mucho tiempo, ya que se ha probado que las personas que así lo han hecho han sufrido crisis nerviosas.

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La leyenda del Chupacabras ¿realidad o mito?

Les traemos en esta ocasión la leyenda muy extendida en hispanoamérica sobre un extraño depredador que aterroriza al ganado de los territorios indígenas, el «Chupacabras».

Con este término se designa a una posible bestia que ataca a animales domésticos en Iberoamérica. Los ataques del Chupacabras, de los que se tiene constancia por los lugareños, se han producido principalmente en Puerto Rico, aunque Méjico y diferentes zonas de Sudamérica tampoco se libran de los inquietantes y supuestos ataques del chupacabras.

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La primera constancia actual que se tiene del chupacabras fue en Bolivia en los años sesenta, aunque la mitología popular señala apariciones de depredadores similares desde el primer milenio antes de la era común. Desde entonces han sido constantes las apariciones del depredador en toda Iberoamérica, sobre todo a partir de los años noventa.Lo que es evidente que los ataques son reales y documentados, y que la leyenda de esta extraña bestia se han extendido por todo el nuevo continente. Una especie de lobo gigante que chupa la sangre de los animales de granja o incluso se ha documentado ataques a personas.El profesor Ufo fue testigo de los restos encontrados en Bolivia durante una viaje de investigación. Una leyenda con base científica que les relatamos en este especial de ocultismo y conspiración.

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Muchos de los animales atacados habían sido mutilados, con extracción de órganos vitales y vísceras. Se han dado muchos casos de animales también salvajes.

Es muy frecuente la aparición de hembras sin sus órganos reproductivos, lo que alimenta más la especulación de rituales de corte satánico o demoníaco.

Se cree que podría ser una criatura de pequeño tamaño, debido a que sus presas suelen ser animales domésticos no muy grandes, principalmente cabras, de ahí su apelativo, gallinas y conejos.

La multitud de versiones y de presuntos testigos ha hecho del aspecto del chupacabras una especie de quimera contemporánea. Por las descripciones, se podría tratar de una especie de reptil con cuernos, colmillos y garras. Pero la sugestión lo ha hecho más temible, con una trompa succionadora de sangre, alas, y aspecto antropomorfo.Pero esta idea inicial del chupacabras no es la única.

Hay una corriente muy extendida de supuestos testigos que dicen que no es más que un perro salvaje, eso sí con extraños poderes sobrenaturales, como un perro poseido. También hay teorías que hablan de bestias peludas con ojos rojos, incluso alguna especie de canguro asesino. Lo que siempre se le da al chupacabras es una serie de poderes de salto y velocidad infrecuentes en la especie animal, lo que le convierten en el depredador más temible.

Ha varias teorías sobre qué es en realidad el chupacabras según las versiones que han dado los diferentes testigos. Aquí exponemos las principales:· Teoría que opina que el chupacabras es un ente extraterrestre. Muchos testigos dicen haber visto objetos volantes no identificados en los alrededores de los centros de actuación del supuesto chupacabras. Los que confían en esta teoría dicen que el chupacabras se podría tratar de un ser similar al «Predator» de la película pero más pequeño.

También son muchos los que ven la mano del hombre detrás de estas cacerías. Incluso que son rituales satánicos. En Méjico, historiadores del mundo precolombino han señalado la tradición que sigue teniendo desde la antigüedad el sacrificio de animales.

Y no sólo en la América precolombina, sino en rituales bíblicos se puede observar el empleo de técnicas de sangría animal que dejaban los restos animales de una forma similar a como presuntamente dejaba a sus víctimas el chupacabras.

Debido a la zona donde se prodigan sus apariciones, también se ha creído que es un castigo demoníaco por los pecados cometidos por el hombre.·

Las teorías de la evolución también han tenido su campo de actuación en el fenómeno del chupacabras. Sus defensores creen que la criatura debe ser una mutación natural de algún animal existente que ha logrado formar una nueva especie muy preparada para depredar animales.·

Quizá la más explicable de las teorías, aunque no por ello la más extendida, es la que opina que las apariciones de animales muertos coincidieron con una fuerte sequía en el Norte de Méjico, lo que pude llevar a que algún coyote, perro salvaje u otro pequeño depredador se atreviera a atacar propiedades humanas. Aunque esto no explicaría el caso más numeroso de muertes en Puerto Rico.·

Se sabe de la existencia de murciélagos gigantes que han llegado a tener dos metros de envergadura. Por eso muchos creen que el presunto chupacabras no es más que uno de estos extraños ejemplares. En Méjico se cree que se han podido avistar murciélagos de unos 9 Kg. que podrían haber migrado desde Sudamérica.·

La «conspiranoia» ha elaborado teorías más asombrosas, y es que sus amantes creen que los científicos norteamericanos están detrás de esto, creando alguna especie animal mutando varias especies animales para crear un híbrido asesino.

Se cree que Puerto Rico es uno de los campos de pruebas de este tipo que utiliza el gobierno norteamericano para hacer todo tipo de pruebas con armamento radiactivo y con sustancias de escasa seguridad ecológica.· También la conspiración «ecologista» cree que el espécimen ha podido ser fruto de los residuos tóxicos que vierte el hombre en la naturaleza, que ha creado especies mutantes.

Las teorías menos extendidas hablan ya de cosas más increíbles, por no decir imposibles, como la posibilidad de que se trate de algún saurio u otra especie de animal prehistórico que ha sobrevivido hasta nuestros días. ·

La Criatura de Elmendorf: En julio de 2004 fue abatido a tiros un extraño animal sin pelo del tamaño de una cabra, con forma de perro y con una cola larga de aspecto similar a una rata. Sus colmillos demostraban que era un depredador.

La criatura fue cazada cerca de San Antonio (Tejas) y, a día de hoy, todavía no se ha dicho qué especie animal es.Lo cierto es que el chupacabras está en el subconsciente colectivo desde el mismo momento en el que aparecen restos de ganado atacados sin explicación.

La falta de respuestas lógicas ante hechos inexplicables es lo que siempre ha motivado al hombre a generar mitos, incluso hoy en día.Aunque como hemos dicho la historia del chupacabras viene desde hace décadas, no es hasta el decenio pasado cuando el misterio se hace mucho más vivo.

Fue en torno a 1992 cuando en Puerto Rico empezaron a aparecer restos de animales domésticos brutalmente atacados sin motivo aparente. Pero el fenómeno se incrementó en 1995 donde cada día aparecía un nuevo caso en la isla.

Lo extraño del suceso era la forma en que quedaban los restos animales, y es que aparecían totalmente desangrados con una hendidura en el cuello, que se asemejaban a lo que todos creeríamos que sería el ataque de un vampiro, salvo por el hecho de que era un único orificio y no dos.

Esto es lo que más inquieto a los granjeros locales.Como estas apariciones fueron frecuentes en torno a la población de Moca, al chupacabras también se le llamó en Puerto Rico «el vampiro de Moca». Las autoridades sospecharon más de una «broma» macabra que de un auténtico ser terrorífico. Pero, como en todos estos casos, pronto aparecieron testigos dispuestos a corroborar las hipótesis más paranormales.

Tras estos incidentes en Puerto Rico, aparecieron casos similares por toda Iberoamérica. Muchos piensan que los «bromistas» tuvieron imitadores por el mundo hispano desde EE.UU. hasta Argentina.
Fui testigo directo de uno de estos ataques, no puedo afirmar que se tratara de ningura bestia mitológica pero lo cierto que las dentelladas no se parecían a nada de lo que había visto antes, pero ya se sabe que las leyendas urbanas perjudican mucho a este tipo de casos reales. Bestia, engendro, extraterestre, lo cierto es que detrás de la leyenda del «Chupacabras» se esconde una realidad siniestra de la américa profunda, llena de personajes mitológicos que les iremos acercando en nuevos reportajes.

* Texto del Profesor UFO

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En este bloque he recopilado algunas fotos o imagenes públicas sobre fantasmas. Tanto de personas muertas como de seres diabolicos o el diablo mismo, según dicen los testigos.
Personalmente creo que algunas de estas fotos no tienen explicacion cientifica. Por tanto se pueden considerar hechos sobrenaturales.
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En mi opinión, creo que sí existen los fantasmas; aunque no como lo imaginan la mayoria de personas. Lo mismo que la imagen del diablo, que muchos creen que es un ser horrible y que nos inspira terror. Yo personalmente creo que el Diablo tiene muchas caras y las que usa para presentarnos a nosotros es una agradable o muy atractiva. El diablo No creo que sea tan tonto como para presentarse como un horripilante monstruo. Quizás, el diablo se mete en el cuerpo o toma, temporalmente, el espiritu de algunas personas. por eso vemos que hay algunos seres humanos que comenten asesinatos o hechos salvajes que no tienen explicacion.
En todo caso sigo indagando, poco a poco, este aspecto de la vida humana que para mi puede tener una explicacion cientifica, cuando se desarrolle más el modelo del universo multidimensional que están desarrollando los cientificos actualmente.

Hasta siempre.
CARLOS Tigre sin Tiempo (CTsT)

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En el tragico atentado de las torres gemelas, en USA, setiembre 11 del 2001(Arriba), se cree que las nubes de polvo de la explosión  forma la silueta del diablo. En mi opinión existen muchas dudas; pues puede haber sido truqueado o ser una coincidencia como la reciente imagen de un «marciano» que fue difundida por una de nuestras naves espaciales.

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Esta fumarola de un volcan en Mexico, a fines del año 2000, muestran otra supuesta silueta del Diablo. Al igual que mi comentario de arriba existen muchas dudas.

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En este incendio se aprecia la imagen de un fantasma observando lo que hace el bombero…

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Arriba vemos que el hombre que yace herido mortalmente. parece que su «alma o espíritu» está tratando de levantarse…

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Esta es una foto real de la Familia del Zar de Rusia a principios de los años 1900. Quien fue brutalmente asesinado junto con toda su familia. Recientemente, en varias oportunidades, y con diferentes personas, han hecho presencia sus fantasmas. Se cree que era para orientar el lugar exacto donde ocultaron sus restos, a los actuales arqueologos forenses…

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La promesa: Una historia sobrenatural

Margarita lloraba con el rostro oculto entre las manos; lloraba sin gemir, pero las lágrimas corrían silenciosas a lo largo de sus mejillas.
Margarita lloraba con el rostro oculto entre las manos; lloraba sin gemir, pero las lágrimas corrían silenciosas a lo largo de sus mejillas, deslizándose por entre sus dedos para caer en la tierra, hacia la que había doblado su frente.

Junto a Margarita estaba Pedro; éste levantaba de cuando en cuando los ojos para mirarla, y viéndola llorar, tornaba a bajarlos, guardando a su vez un silencio profundo.

Y todo callaba alrededor y parecía respetar su pena. Los rumores del campo se apagaban; el viento de la tarde dormía y las sombras comenzaban a envolver los espesos árboles del soto.

Así transcurrieron algunos minutos, durante los cuales se acabó de borrar el rastro de luz que el sol había dejado al morir en el horizonte; la luna comenzó a dibujarse vagamente sobre el fondo violado del cielo del crepúsculo, y unas tras otras fueron apareciendo las mayores estrellas.

Pedro rompió al fin aquel silencio angustioso, exclamando con voz sorda y entrecortada, y como si hablase consigo mismo:

-¡Es imposible…, imposible!

Después, acercándose a la desconsolada niña y tomando una de sus manos, prosiguió con acento más cariñoso y suave:

-Margarita, para ti el amor es todo, y tú no ves nada más allá del amor. No obstante, hay algo tan respetable como nuestro cariño, y es mi deber.

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Nuestro señor, el conde de Gómara, parte mañana de su castillo para reunir su hueste a las del rey don Fernando, que va a sacar a Sevilla del poder de los infieles, y yo debo partir con el conde.

Huérfano oscuro, sin nombre y sin familia, a él le debo cuanto soy. Yo le he servido en el ocio de las paces, he dormido bajo su techo, me he calentado en su hogar y he comido el pan a su mesa.

Si hoy le abandono, mañana sus hombres de armas al salir en tropel por las poternas de su castillo, preguntarán maravillados de no verme: <<¿Dónde está el escudero favorito del conde de Gómara?>>, y mi señor callará con vergüenza, y sus pajes y sus bufones dirán, en son de mofa: <>.

Al llegar a este punto, Margarita levantó sus ojos, llenos de lágrimas, para fijarlos en los de su amante, y removió los labios como para dirigirle la palabra; pero su voz se ahogó en un sollozo.

Pedro, con acento aún más dulce y persuasivo, prosiguió así:

-No llores, por Dios, Margarita; no llores, porque tus lágrimas me hacen daño. Voy a alejarme de ti; mas yo volveré después de haber conseguido un poco de gloria para mi nombre oscuro… El cielo nos ayudará en la santa empresa.

Conquistaremos a Sevilla, y el rey nos dará feudos en las riberas del Guadalquivir a los conquistadores.

Entonces volveré en tu busca y nos iremos juntos a habitar en aquel paraíso de los árabes, donde dicen que hasta el cielo es más limpio y más azul que el de Castilla; volveré, te lo juro; volveré a cumplir la palabra solemnemente empeñada el día que puse en tus manos ese anillo, símbolo de una promesa.

-¡Pedro! -exclamó entonces Margarita, dominando su emoción y con voz resuelta y firme-.

Ve, ve a mantener tu honra -y al pronunciar estas palabras se arrojó por última vez en brazos de su amante.

Después añadió, con acento más sordo y conmovido-:Ve a mantener tu honra; pero vuelve…, vuelve a traerme la mía.

Pedro besó la frente de Margarita, desató su caballo, que estaba sujeto a uno de los árboles del soto y se alejó al galope por el fondo de la alameda.

Margarita siguió a Pedro con los ojos hasta que su sombra se confundió entre la niebla de la noche, y cuando ya no pudo distinguirle, se volvió lentamente al lugar donde la guardaban sus hermanos.

-Ponte tus vestidos de gala -le dijo uno de ellos al entrar-; que mañana vamos a Gómara con todos los vecinos del pueblo para ver al conde, que se marcha a Andalucía.

-A mí más me entristece que me alegra ver irse a los que acaso no han de volver -respondió Margarita con un suspíro.

-Sin embargo -insistió el otro hermano-, has de venir con nosotros, y has de venir compuesta y alegre; así no dirán las gentes murmuradoras que tienes amores en el castillo y que tus amores se van a la guerra.

II

Apenas rayaba en el cielo la primera luz del alba, cuando empezó a oírse por todo el campo de Gómara la aguda trompetería de los soldados del conde, y los campesinos que llegaban en numerosos grupos de los lugares cercanos vieron desplegarse al viento el pendón señorial en la torre más alta de la fortaleza.

Unos sentados al borde de los fosos, otros subidos en las copas de los árboles, éstos vagando por la llanura, aquéllos coronando las cumbres de las colinas, los de más allá formando un cordón a lo largo de la calzada, ya haría cerca de una hora que los curiosos esperaban el espectáculo, no sin que algunos comenzaran a impacientarse, cuando volvió a sonar de nuevo el toque de los clarines, rechinaron las cadenas del puente, que cayó con pausa sobre el foso, y se levantaron los rastrillos, mientras se abrían de par en par, y gimiendo sobre sus goznes, las pesadas puertas del arco que conducía al patio de armas.

La multitud corrió a agolparse en los ribazos del camino para ver más a su sabor las brillantes armaduras y los lujosos arreos del séquito del conde de Gómara, célebre en toda la comarca por su esplendidez y sus riquezas.

Rompieron la marcha los farautes, que, deteniéndose de trecho en trecho, pregonaban en alta voz y a son de caja las cédulas del rey llamando a sus feudatarios a la guerra de moros y requiriendo a las villas y lugares libres para que diesen paso y ayuda a sus huestes.

A los farautes siguieron los heraldos de corte, ufanos con sus casullas de seda, sus escudos bordados de oro y colores y sus birretes guarnecidos de plumas vistosas.

Después vino el escudero mayor de la casa, armado de punta en blanco, caballero sobre un potro morcillo, llevando en sus manos el pendón de ricohombre con sus motes y sus calderas, y al estribo izquierdo, el ejecutor de las justicias del señorío vestido de negro y rojo.

Precedían al escudero mayor hasta una veintena de aquellos famosos trompeteros de la tierra llana, célebres en las crónicas de nuestros reyes por la increíble fuerza de sus pulmones.

Cuando dejó de herir el viento al agudo clamor de la formidable trompetería, comenzó a oírse un rumor sordo, compasado y uniforme.

Eran los peones de la mesnada, armados de largas picas y provistos de sendas adargas de cuero.

Tras éstos no tardaron en aparecer los aparejadores de las máquinas, con sus herramientas y sus torres de palo; las cuadrillas de escaladores y la gente menuda del servicio de las acémilas.

Luego, envueltos en la nube de polvo que levantaba el casco de sus caballos, y lanzando chispas de luz de sus petos de hierro, pasaron los hombres de armas del castillo, formados en gruesos pelotones, que semejaban a lo lejos un bosque de lanzas.

Por último, precedido de los timbaleros, que montaban poderosas mulas con gualdrapas y penachos, rodeado de sus pajes, que vestían ricos trajes de seda y oro y seguido de los escuderos de su casa, apareció el conde.

Al verle, la multitud levantó un clamor inmenso para saludarle, y entre la confusa vocería se ahogó el grito de una mujer, que en aquel momento cayó desmayada y como herida de un rayo en los brazos de algunas personas que acudieron a socorrerla.

Era Margarita, Margarita, que había conocido a su misterioso amante en el muy alto y muy temido señor conde de Gómara, un de los más nobles y poderosos feudatarios de la corona de Castilla.

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III

El ejército de don Fernando, después de salir de Córdoba, había venido por sus jornadas hasta Sevilla, no sin haber luchado antes en Écija, Carmona y Alcalá del Río de Guadaira, donde, una vez expugnado el famoso castillo, puso los reales a la vista de la ciudad de los infieles.

El conde de Gómara estaba en la tienda sentado en un escaño de alerce, inmóvil, pálido, terrible, as manos cruzadas sobre la empuñadura del montante y los ojos fijos en el espacio con esa vaguedad del que parece mirar un objeto y, sin embargo, no ve nada de cuanto hay a su alrededor.

A un lado, y de pie, le hablaba el más antiguo de los escuderos de su casa, el único que en aquellas horas de negra melancolía hubiera osado interrumpirle sin atraer sobre su cabeza la explosión de su cólera.

-¿Qué tenéis, señor?-le decía-.¿Qué mal os aqueja y consume? Triste vais al combate y triste volvéis, aun tornando con la victoria.

Cuando todos los guerreros duermen rendidos a la fatiga del día, os oigo suspirar angustiado, y si corro a vuestro lecho, os miro allí luchar con algo invisible que os atormenta.

Abrís los ojos y vuestro terror no se desvanece. ¿Qué os pasa, señor? Decídmelo. Si es un secreto, yo sabré guardarlo en el fondo de mi memoria como en un sepulcro.

El conde parecía no oír al escudero. No obstante, después de un largo espacio, y como si las palabras hubiesen tardado todo aquel tiempo en llegar desde sus oídos a su inteligencia, salió poco a poco de su inmovilidad y, atrayéndole hacia sí cariñosamente, le dijo con voz grave y reposada:

-He sufrido demasiado en silencio. Creyéndome juguete de una vana fantasía, hasta ahora he callado por vergüenza; pero no, no es ilusión lo que me sucede.

Yo debo hallarme bajo la influencia de laguna maldición terrible. El cielo o el infierno deben querer algo de mí, y lo avisan con hechos sobrenaturales.

¿Te acuerdas del día de nuestro encuentro con los moros de Nebrija en el aljarafe de Triana? Éramos pocos.

La pelea fue dura, y yo estuve a punto de perecer. Tú lo viste: en lo más reñido del combate, mi caballo, herido y ciego de furor, se precipitó hacia el grueso de la hueste mora.

Yo pugnaba en balde por contenerle. Las riendas se habían escapado de mis manos, y el fogoso animal corría llevándome a una muerte segura.

Ya los moros, cerrando sus escuadrones, apoyaban en tierra el cuento de sus largas picas para recibirme en ellas.

Una nube de saetas silbaba en mis oídos. El caballo estaba algunos pies de distancia del muro de hierro en que íbamos a estrellarnos, cuando… Créeme: no fue una ilusión.

Vi una mano que, agarrándole de la brida, lo detuvo con una fuerza sobrenatural y, volviéndole en dirección a las filas de mis soldados, me salvó milagrosamente.

En vano pregunté a unos y otros por mi salvador. Nadie le conocía, nadie le había visto.

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Por eso nos maravillamos al veros tornar, sabiendo que ya el corcel no obedecía al jinete>>.

Aquella noche entré preocupado en mi tienda. Quería en vano arrancarme de la imaginación el recuerdo de la extraña aventura.

Mas al dirigirme al lecho torné a ver la misma mano, una mano hermosa, blanca hasta la palidez, que descorrió la cortinas, desapareciendo después de descorrerlas.

Desde entonces, a todas horas, en todas partes, estoy viendo esa mano misteriosa que previene mis deseos y se adelanta a mis acciones.

La he visto, al expugnar el castillo de Triana, coger entre sus dedos y partir en el aire una saeta que venía a herirme; la he visto, en los banquetes donde procuraba ahogar mi pena entre la confusión y el tumulto, escanciar el vino en mi copa, y siempre se halla delante de mis ojos, y por donde voy me sigue: en la tienda, en el combate, de día, de noche… Ahora mismo, mírala, mírala aquí, apoyada suavemente en mis hombros.

Al pronunciar estas últimas palabras el conde se puso de pie y dio algunos pasos como fuera de sí y embargado de un terror profundo.

El escudero se engujó una lágrima que corría por sus mejillas. Creyendo loco a su señor, no insistió, sin embargo, en contrariar sus ideas, y se limitó a decirle con voz profundamente conmovida:

-Venid… Salgamos un momento de la tienda. Acaso la brisa de la tarde refrescará vuestras sienes, calmando ese incomprensible dolor, para el que yo no hallo palabras de consuelo.

IV

El real de los cristianos se extendía por todo el campo de Guadaira hasta tocar en la margen izquierda del Guadalquivir.

Enfrente del real, y destacándose sobre el luminoso horizonte, se alzaban los muros de Sevilla, flanqueados de torres, almenadas y fuertes.

Por cima de la corona de almenas rebosaba la verdura de los mil jardines de la morisca ciudad, y entre las oscuras manchas del follaje lucían los miradores blancos como la nieve, los minaretes de las mezquitas y la gigantesca atalaya, sobre cuyo aéreo pretil lanzaban chispas de luz, heridas por el sol, las cuatro grandes bolas de oro, que desde el campo de los cristianos parecían cuatro llamas.

La empresa de don Fernando, una de las más heroicas y atrevidas de aquella época, había traído a su alrededor a los más célebres guerreros de los diferentes reinos de la Península , no faltando algunos que de países extraños y distantes vinieran también, llamados por la fama, a unir los esfuerzos a los del santo rey.

Tendidas a lo largo de la llanura mirábanse, pues, tiendas de campaña de todas formas y colores sobre el remate de las cuales ondeaban al viento distintas enseñas con escudos partidos, astros, grifos, leones, cadenas, barras y calderas y otras cien y cien figuras o símbolos heráldicos que pregonaban el nombre y la calidad de sus dueños.

Por entre las calles de aquella improvisada ciudad circulaban en todas direcciones multitud de soldados, que, hablando dialectos diversos y vestido cada cual al uso de su país y cada cual armado a su guisa, formaban un extraño y pintoresco contraste.

Aquí descansaban algunos señores de las fatigas del combate, sentados en escaños de alerce a la puerta de sus tiendas y jugando a las tablas, en tanto que sus pajes les escanciaban el vino en copas de metal; allí algunos peones aprovechaban un momento de ocio para aderezar y componer sus armas rotas en la última refriega; más allá cubrían de saetas un blanco los más expertos ballesteros de la hueste, entre las aclamaciones de la multitud, pasmada de su destreza; y el rumor de los atambores, el clamor de las trompetas, las voces de los mercaderes ambulantes, el golpear del hierro contra el hierro, los cánticos de los juglares, que entretenían a sus oyentes con la relación de hazañas portentosas, y los gritos de los farautes que publicaban las ordenanzas de los maestros del campo, llenando los aires de mil y mil ruidos discordes, prestaban a aquel cuadro de costumbres guerreras una vida y una animación imposible de pintar con palabras.

El conde de Gómara, acompañado de su fiel escudero, atravesó por entre los animados grupos sin levantar los ojos de la tierra, silencioso, triste, como si ningún objeto hiriese su vista ni llegase a su oído el rumor más leve.

Andaba maquinalmente, a la manera que un somnámbulo, cuyo espíritu se agita en el mundode los sueños, se mueve y marcha sin la conciencia de sus acciones y como arrastrado por una voluntad ajena a la suya.

Próximo a la tienda del rey, y en medio de un gran corro de soldados, pajecillos y gente menuda que le escuchaban con la boca abierta apresurándose a comprarle alguna de las baratijas que anunciaba a voces y con hiperbólicos encomios, había un extraño personaje, mitad romero, mitad juglar que, ora recitando una especie de letanía en latín bárbaro, ora diciendo una bufonada o una chocarrería, mezclada en su interminable relación, chistes capaces de poner colorado a un ballestero con oraciones devotas, historias de amores picarescos con leyendas de santos.

En las inmensas alforjas que colgaban de sus hombros se hallaban revueltos y confundidos mil objetos diferentes: cintas tocadas en el sepulcro de Santiago, cédulas con palabras que él decía ser hebraicas, las mismas que dijo el rey Salomón cuando fundaba el templo y las únicas para libertarse de toda clase de enfermedades contagiosas; bálsamos maravillosos para pegar a hombres partidos por la mitad; evangelios cosidos en bolsitas de brocatel, secretos para hacerse amar de todas las mujeres, reliquias de los santos patrones de todos los lugares de España, joyuelas, cadenillas, cinturones, medallas y otras muchas baratijas de alquimia, de vidrio y plomo.

Cuando el conde llegó cerce del grupo que formaban el romero y sus admiradores, comenzaba éste a templar una especie de bandolina o guzla árabe con que se acompañaba en la relación de sus romances.

Después que hubo estirado bien las cuerdas unas tras otras y con mucha calma, mientras su acompañante daba la vuelta al corro sacando los últimos cornados de la flaca escarcela de los oyentes, el romero comenzó a cantar con voz gangosa y con un aire monótono y plañidero un romance que siempre terminaba con el mismo estribillo.

El conde se acercó al grupo y prestó atención. Por una coincidencia, al parecer extraña, el título de aquella historia respondía en un todo a los lúgubres pensamientos que embargaban su ánimo.

Según había enunciado el cantor antes de comenzar, el romance se titulaba el Romance de la mano muerta.

Al oír el escudero tan extraño anuncio, pugnó por arrancar a su señor de aquel sitio; pero el conde, con los ojos fijos en el juglar permaneció inmóvil escuchando esta cántiga:

I

La niña tiene un amante

que escudero se decía.

El escudero le anuncia

que a la guerra se partía.

<>

<>

Mientras el amante jura,

diz que el viento repetía:

Mal haya quien en promesas de hombre fía!

II

El conde, con la mesnada,

de su castillo salía.

Ella, que le ha conocido,

con grande aflicción gemía:

<<¡Ay de mí, que se va el conde

y se lleva la honra mía!>>

Mientras la cuitada llora,

diz que el viento repetía:

¡Mal haya quien en promesas de hombre fía!

III

Su hermano, que estaba allí,

estas palabras oía.

<>, dice.

<>

<

donde encontrarte solía.>>

Mientras la infelice muere,

diz que el viento repetía:

¡Mal haya quien en promesas de hombre fía!

IV

Muerta la llevan al soto;

la han enterrado en la umbría;

por más tierra que le echaban,

la mano no le cubría:

la mano donde un anillo que le dio el conde tenía.

De noche, sobre la tumba,

diz que el viento repetía:

¡Mal haya quien en promesas de hombre fía!

Apenas el cantor había terminado la última estrofa, cuando rompiendo el muro de curiosos, que se apartaban con respeto al reconocerle, el conde llegó a donde se encontraba el romero y, cogiéndole con fuerza del brazo, le preguntó en voz baja y convulsa:

-¿De qué tierra eres?

-De tierra de Soria -le respondió éste sin alterarse.

-¿Y dónde has aprendido ese romance? ¿A quién se refiere la historia que cuentas? -volvió a exclamar su interlocutor, cada vez con muestras de emoción más profunda.

-Señor -dijo el romero, clavando sus ojos en los del conde con una fijeza imperturbable-, esta cántiga la repiten de unos en otros los aldeanos del campo de Gómara, y se refiere a una desdichada cruelmente ofendida por un poderoso.

Altos juicios de Dios han permitido que al enterrarla quedase siempre fuera de la sepultura la mano en que su amante le puso un anillo al hacerla una promesa.

Vos sabréis, quizá, a quién toca cumplirla.

V

En un lugarejo miserable y que se encuentra a un lado del camino que conduce a Gómara he visto no hace mucho el sitio en donde se asegura tuvo lugar la extraña ceremonia del casamiento del conde.

Después que éste, arrodillado sobre la humilde fosa, estrechó en la suya la mano de Margarita y un sacerdote autorizado por el Papa bendijo la lúgubre unión, es fama que cesó el prodigio y la mano muerta se hundió para siempre.

Al pie de unos árboles añosos y corpulentos hay un pedacito de prado que al llegar la primavera se cubre espontáneamente de flores.
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La gente del país dice que alli está enterrada Margarita.

* Por: Gustavo Adolfo Bécquer